River Plate, el club emblemático del fútbol argentino, vencido por la deuda de la memoria
El legendario club de fútbol argentino River Plate anunció el acuerdo «histórico» En el un video : “Nuestros proyectos siguen creciendo, imparables. » Las imágenes muestran, a un kilómetro del famoso estadio Monumental, en Buenos Aires, un terreno de siete hectáreas donde se construirán seis canchas de fútbol, una cancha de hockey, un salón de fiestas… Problema: el lugar en cuestión era el campo de deportes de la Escuela de Mecánica Marina, ESMA, un centro clandestino de detención y tortura durante la dictadura (1976-1983) donde los opositores desaparecían alrededor de 1983. El lugar habría sido utilizado para inhumación o cremación de cadáveres.
La decisión de River Plate de utilizar terrenos de tan dolorosa historia, cedidos por el Estado, ha desatado la indignación de las asociaciones de sobrevivientes y familiares de las víctimas de la Junta que dicen no haber sido consultados. “Pone en peligro el conocimiento de la verdad y la memoria”, denuncia Carlos Loza, uno de los pocos sobrevivientes de la ESMA y miembro de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.
Organizaciones de derechos humanos han presentado ante los tribunales dos recursos de nulidad de la decisión. “No puede haber actividades recreativas en un lugar que ha sido parte de un sistema a través del cual se han cometido los crímenes más atroces”. ellos denuncian Ya se ha hecho el primer llamamiento fue rechazada.
Futuras excavaciones «sistemáticas y exhaustivas».
Si bien la mayoría de los detenidos de la ESMA fueron asesinados durante los «vuelos de la muerte», arrojados al mar desde un helicóptero o un avión, numerosos testimonios sugieren que algunos, especialmente los que sucumbieron a las torturas, fueron enterrados o cremados en el campo de deportes. “Me enteré que desde la ESMA estábamos transportando los cuerpos de los internos fallecidos al campo deportivo. (…), testificó, por ejemplo Cabo Jorge Carlos Torresen 1984. Una vez escuché al suboficial de turno decir que acababan de regresar de la «barbacoa», como se llamaba a la cremación de cuerpos. Por la noche, se podían ver las hogueras quemando los cadáveres. »
Desde 2004, el sitio, que aún depende de la Armada, no ha podido ser modificado. Una medida tomada a raíz de un pedido del artista León Ferrari, quien sospechaba que allí estaba enterrado su hijo Ariel, secuestrado en 1977. Es posible que ese fuera también el destino del escritor y periodista Rodolfo Walsh, asesinado el 25 de marzo de 1977 en la calle, pero cuyo cuerpo nunca fue encontrado.
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