«Los Anos», el futuro en el presente del argentino Mariano Pinsotti

¿Y si miramos nuestro presente desde nuestro futuro? ¿Qué pasaría si, en nuestra vida presente, pudiéramos ver lo que seremos dentro de treinta años? El autor y director argentino Mariano Pinsotti parte y se despide de esta idea siempre apetecible de viajar en el tiempo Los ANohueso Un espectáculo lleno de encanto y humor, se puede ver en el Teatro Nanterre-Amandiers (Hauts-de-Seine).

Buenos Aires, año 2050, Buenos Aires, año 2020. Pasamos de uno a otro en un abrir y cerrar de ojos, en un escenario donde la decoración es, en principio Pantalla dividida Una película dividida en dos partes, que muestra el mismo apartamento con treinta años de diferencia. En el año 2050, el protagonista de la historia, Manuel, cumple 60 años. Vivió en Alemania durante muchos años con su pareja. Hace treinta años, Manuel saltó a la fama cuando realizó un documental de suspenso sobre un niño de la calle que vivía solo en la selva de la capital argentina.

Hoy, es decir, en el año 2050, a Manuel le gustaría saber qué pasó con el niño de su película, y presentárselo a una nueva generación, en el marco de un festival. El problema: Los festivales de cine y el cine en general se han ido. El público ahora disfrutaba solo de teatro y música en vivo, rechazando todos los formatos grabados. En el mundo de 2050, las políticas medioambientales también han provocado que las ciudades sean invadidas por una vegetación caótica, y brigadas de cazadores civiles se dediquen a erradicar animales salvajes, que han regresado en masa al espacio urbano.

Deambulando para sobrevivir

Podemos ver que su historia -perfectamente coherente entre diálogos y narración- es una oportunidad para que Mariano Pinsotti pinte, en pequeños toques y en el espejo, un cuadro de nuestra época y su ceguera. Los ANohueso No sería más, sin embargo, si no estuvieran, en el centro de este cuadro, las imágenes de este niño abandonado y su animal errante en Buenos Aires.

Es esta dimensión la que le da al espectáculo toda su profundidad, detrás de sus melodías de comedia alegres, seductoras y llenas de frescura. A través de estas imágenes, Mariano Pinsotti pinta un sutil reflejo de la relación entre la realidad y el arte, en la forma en que este último puede interpretar la realidad, jugando un papel representativo sobre ella. Este resultado final se combina con otra visión igualmente fascinante de la cuestión de la utopía.

Mariano Pinsotti pinta una cuidada reflexión sobre la relación entre realidad y arte

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