La profanación del Corán en Suecia: Protestas en Irak, Irán y Líbano
Manifestantes tomaron las calles en Irak, Irán y Líbano el viernes para denunciar el permiso de Suecia para realizar manifestaciones para profanar el Corán, mientras Estocolmo envió a su personal de la embajada de regreso a Bagdad.
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A la llamada del influyente líder religioso iraquí Muqtada al-Sadr, cientos se manifestaron en Bagdad después de las oraciones del viernes, pero también en la ciudad de Nasiriyah y Najaf, coreando «No, no a Suecia», según fotógrafos de la AFP.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia anunció que había trasladado temporalmente las operaciones y el personal de su embajada a Bagdad, que fue incendiada por los partidarios de Muqtada al-Sadr el día anterior.
En Teherán, cientos de manifestantes ondeando banderas iraníes y copias del Sagrado Corán corearon «Abajo Estados Unidos, Reino Unido, Israel y Suecia», mientras algunos prendieron fuego a la bandera sueca azul y amarilla.
Cientos de personas también se reunieron en Líbano frente a mezquitas en los suburbios del sur de Beirut, un bastión de Hezbolá, y en otras ciudades.
Y en Badjad, los fieles se reunieron en una calle del barrio pobre de Sadr City y corearon «Sí, sí al Islam», «Sí, sí a Irak», agitando copias del Corán y fotografías de Muqtada al-Sadr, según un corresponsal de la AFP.
Los manifestantes prendieron fuego a las banderas del arco iris, y Muqtada al-Sadr lo vio como una forma de enojar a los occidentales y condenar el «doble rasero» que, según él, consiste en defender a las minorías LGBT mientras se permite la profanación del Corán.
“A través de esta manifestación, queremos enviar nuestra voz a las Naciones Unidas, para obtener el castigo de cualquier profanación de los libros sagrados, los del Islam, el cristianismo y el judaísmo, todos estos son libros sagrados”, confirma Amer Shamal, funcionario del municipio de Ciudad Sadr.
Crisis diplomática
Estocolmo fue escenario de dos violaciones del Corán a fines de junio y luego el 20 de julio organizadas por un refugiado iraquí. El jueves pisó y rasgó un ejemplar del libro, pero no logró encenderlo como estaba previsto.
La policía sueca había permitido estas reuniones en nombre de la libertad de reunión, afirmando que esto no equivalía a tolerar lo que sucedería allí.
Sin embargo, estas iniciativas provocaron una grave crisis diplomática entre Suecia e Irak, que el jueves emitió un decreto expulsando al embajador sueco.
Los partidarios de Muqtada al-Sadr asaltaron dos veces la embajada sueca en Bagdad, que fue incendiada el jueves.
«Las operaciones de la embajada y el personal extranjero se trasladaron temporalmente a Estocolmo por razones de seguridad», dijo el diplomático sueco.
Arabia Saudita e Irán, dos pesos pesados regionales, han convocado a representantes de las misiones diplomáticas suecas en sus países.
«advertencia»
Muqtada al-Sadr, fanático de las explosiones, ha demostrado muchas veces su capacidad para movilizar a miles de manifestantes en las calles de Irak.
En el verano de 2022, sus partidarios irrumpieron en el parlamento de Bagdad y organizaron una sentada. Muqtada al-Sadr estaba en ese momento en completo conflicto con el campo político de la oposición por el nombramiento de un primer ministro. Los cara a cara se convirtieron en sangrientos enfrentamientos con el ejército y las ex fuerzas paramilitares proiraníes de las Fuerzas de Movilización Popular en el corazón de Bagdad.
Con el expediente sueco, Muqtada al-Sadr envía «mensajes a sus fans» y «advertencias» a sus «opositores políticos»: «Mantuve la misma fuerza, puedo volver en cualquier momento», dijo el analista político Ali al-Baydar.
Su movimiento actual también busca «ser visto como un patrocinador del archivo religioso en Irak», asevera, y le dio al tema un «ámbito internacional».
«Cómo se explotará esto políticamente o con fines electorales dependerá de la voluntad de Sadr», agrega, refiriéndose a las cruciales elecciones provinciales previstas para diciembre.
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