Estos son algunos consejos para reintroducir la pérdida de peso cuando estás de capa caída.
Cuando te embarcas en un proceso de pérdida de peso, debes experimentar muchos beneficios como una silueta más tonificada, mejores capacidades físicas o incluso una buena calidad de sueño… Pero también existen pequeños inconvenientes, como la falta de motivación que nos impide de permanecer en el ciclo… Y si la motivación no es fácil de encontrar, menos aún de mantenerla, sobre todo cuando nos da la impresión de que los esfuerzos ya no dan resultado. Entonces, para no tirar la toalla, todo lo que tienes que hacer es reiniciar el proceso de pérdida. Le damos nuestros consejos efectivos para mantener el rumbo.
Evitamos el equilibrio
¿Cómo retomar una pérdida cuando las manecillas de la balanza no están adaptadas al movimiento? Entonces, lo primero que debe hacer es bajarse de la báscula. El hecho de que un peso estancado a la vista pueda desmoralizarnos, sobre todo cuando nos pasamos el tiempo fantaseando con ello y puede volverse obsesivo. Además, la báscula no es el indicador más importante de la pérdida de peso. Lo mejor es referirse a las medidas tomadas con una cinta métrica.
Diversificamos las disciplinas deportivas
Cardio tiene buenos beneficios cuando se trata de quemar calorías. Sin embargo, este sistema se dirige principalmente a los hidratos de carbono… Después de una buena sesión, se experimentan antojos de pasta y arroz. Para superar estos antojos, lo mejor es alternar entre ejercicios cardiovasculares y algunas sesiones de entrenamiento con pesas. Esta última disciplina es más lenta que el cardio para adelgazar, pero te permitirá apuntar a la grasa y tonificar la silueta.
Las comidas se dividen
Para evitar los «pequeños efectos secundarios apetecibles» que estropean nuestros intentos, es mejor ceñirse a la dinámica de cuatro comidas al día en lugar de tres. Por lo tanto, será necesario tomar fracciones dividiendo el desayuno en dos partes, por ejemplo. Para ello, es necesario desayunar a primera hora de la mañana y el segundo sobre las 10 de la mañana. Al igual que con la comida del mediodía, almuerza y reserva el postre y los lácteos para la merienda, que es alrededor de las 4 p. m. Esto permitirá que el cuerpo obtenga las calorías adecuadas a través de la sensación de comer más para evitar los antojos.
Permitimos desviaciones
Puede parecer sorprendente, pero las diferencias ayudarán a nuestro cuerpo a recuperarse de la pérdida. Con el tiempo, el cuerpo se acostumbra a nuestra alimentación y esfuerzos. Por lo tanto, la forma en que comemos y nuestras sesiones de ejercicio tienen menos influencia en nuestra personalidad. Por lo que es necesario atreverse a divertirse de vez en cuando, basta con reiniciar el dispositivo.
Encontramos un baluarte contra el estrés
A veces puede ser simplemente presión… ¡así que nuestros esfuerzos ya no tienen ningún efecto! De hecho, uno de los efectos del estrés es ralentizar la pérdida de peso. Será necesario, por tanto, tomarse un tiempo para relajarse y para ello una buena sesión de yoga o un buen masaje no estará de más.
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