¡El futuro de las clases medias y pobres dependerá más de las elecciones del gobierno que de las recomendaciones de los donantes! (1/3)
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Ayer, martes 21 de junio de 2022, la Primera Ministra Najla Boden se reunió con el Director del Departamento de Medio Oriente y Asia Central del Fondo Monetario Internacional, Jihad Azour.
Durante el encuentro, Boden repasó el programa de reformas del gobierno, en especial el aspecto relacionado con la estabilidad económica y financiera, el enfoque a seguir a nivel de estrategias sectoriales, y las vías para reactivar la iniciativa económica y generar oportunidades de empleo.
Por su parte, el funcionario del Fondo Monetario Internacional, Jihad Azour, destacó la solidez de las relaciones de cooperación y asociación entre la Institución Financiera Internacional y Túnez y la importancia de la consulta continua entre las dos partes.
El titular del Fondo Monetario Internacional se reunió hoy lunes con el Presidente de la República, quien planteó el tema de las grandes reformas, destacando la necesidad de apoyarlas con un enfoque social y justo.
Sin embargo, el programa de reformas gubernamentales introducido recientemente por el jefe de gobierno, basado en una austeridad brutal y calculada, tendrá nefastas consecuencias económicas y sociales.
Además, las autoridades financieras internacionales, en particular el FMI, no están de acuerdo con este enfoque y exigen cada vez más políticas fiscales y fiscales eficaces y acordes con las prioridades de política monetaria adaptadas a los contextos nacionales.
Y no en vano, a principios de febrero, la prestigiosa revista estadounidense «Foreign Policy», especializada en asuntos exteriores y economía, publicó un nota de analisis Titulado “Argentina y el FMI se alejan de la austeridad”, que fue considerado una nota de referencia en términos de análisis del impacto del ajuste y mejora de la política fiscal. La nota fue compilada por Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de economía y profesor de la Universidad de Columbia, y Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación Económica y Política de Washington.
Además, según la nota, el reciente acuerdo entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional para reestructurar un préstamo récord en 2018 permitió al país evitar el incumplimiento, lo que podría haber amenazado la estabilidad del sistema financiero internacional. Como con cualquier trato negociado, este no fue perfecto por calificación. Pero las dos partes entendieron claramente los peligros de caer al abismo y lo desconocido: ¿qué pasaría si no se llegaba a un acuerdo? Más importante aún, el FMI no insistió en la austeridad. En cambio, el acuerdo le da a Argentina la oportunidad de continuar con su recuperación económica.
En cualquier caso, el gobierno de Boden parece estar lejos de la lógica de este memorando basado en reformas presupuestarias, fiscales y económicas reales y se inclina hacia soluciones fáciles, a saber, la abolición de los subsidios para la clase media, los más pobres y los más pobres. Abandonar cualquier reforma profunda del sector público, la fiscalidad, la economía paralela y la cooperación internacional y bilateral efectiva.
Austeridad, recuperación económica y compensaciones que salvan vidas
Lo que hace que el acuerdo Argentina-FMI sea tan importante, según la nota de política exterior, es que podría sentar un precedente para enfrentar la reestructuración de la deuda y las crisis financieras que puedan surgir a raíz de la pandemia. Los niveles de deuda han aumentado en todo el mundo y, si bien los países de altos ingresos como Estados Unidos pueden manejarlo, muchos países en desarrollo estirarán sus límites. También se advierte que el acuerdo con Argentina da esperanzas de poder recurrir al Fondo Monetario Internacional sin que éste imponga austeridades nefastas y otras condiciones contraproducentes.
El gobierno argentino enfrenta una enorme carga de deuda, así como otras restricciones heredadas del acuerdo de 2018 con el Fondo Monetario Internacional que hizo el gobierno anterior. También se enfrenta al flagelo del COVID-19. Pero el país logró una tasa de crecimiento cercana al 10% el año pasado, cuando los economistas predijeron una recuperación más limitada.
Con el crecimiento de la economía, Argentina pudo reducir su déficit presupuestario primario al 3,5 % del PIB en 2021. Al iniciar negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, Argentina simplemente quería poder continuar su recuperación, sin las restricciones desfavorables que a menudo se incluían en programas anteriores del FMI.
La mayoría de los economistas entienden la importancia de que los gobiernos brinden apoyo financiero a las economías que se están desacelerando hoy en medio de la pandemia y sus impactos económicos y de salud. Esto es lo que han hecho las administraciones de Trump y Biden en Estados Unidos. Esto es todo lo que Argentina requiere dentro de los límites de sus propios recursos. Argentina no pidió una nueva entrada de fondos; Foreign Policy dice que el gobierno solo necesitaba evitar condiciones que ahogarían la recuperación económica o perjudicarían a los pobres y trabajadores.
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