Cultura, gastronomía, moda, diseño, viajes… La vuelta al cole bajo el signo de la diversión

El comienzo del año escolar estará lleno de salidas. Apoyaremos al cine volviendo a los cines para ver Cannes o los blockbusters anticipados. Descubriremos a las pintoras, tras mucho tiempo en la sombra, haremos homenaje a los años ochenta oa la nueva galería de arte contemporáneo. Nos deleitarán con sabores retro y moda alegre. Todo para divertirse.

Exposiciones

  • Alice Neal y Joan Mitchell son estadounidenses en París

La era ahora da protagonismo a las exposiciones de mujeres artistas cuyo valor justo se desconoce o no se reconoce. Este otoño, por feliz coincidencia, el Centro Pompidou de París celebra a Alice Neale (1900-1984) al mismo tiempo que la Fundación Louis Vuitton de Boulogne rinde homenaje a Joan Mitchell (1925-1992). Dos americanos con un destino único, dos almas ensangrentadas enamoradas de la libertad. Alice Neale se apega a la figura humana y sus tormentos, cuando su hijo menor, de 25 años, elige un paisaje abstracto. Esta última fue homenajeada en vida por la vanguardia de Nueva York, por varonil que fuera, como Francia, donde puso sus maletas en 1955, cuando Estados Unidos le robaba protagonismo al Viejo Continente. Por otro lado, Alice Neale no recibió reconocimiento hasta después de su muerte.

Nacido a principios del XXmi siglo, esta pintora olvidada tuvo la desgracia de ser mujer en una época en que los hombres ocupaban todo el escenario, en el campo del arte como en otros lugares. Es simpatizante del comunismo, en plena Guerra Fría, y exige personalidad cuando impera el Expresionismo Abstracto. Cuando Andy Warhol y su fábrica aman All-New York, ella intenta encontrar un lugar allí. sin resultado

Su vida siempre estará marcada por el sello de la tragedia. Alice Neal pierde a su primer hijo y luego la custodia de su segunda hija antes de ser ingresada en un hospital psiquiátrico. De esta lucha con sus demonios, ha conservado un don para los marginados y los excéntricos, los grandes perdedores y los últimos de la clase. Las mujeres, a quienes pinta con un realismo crudo tomado de la Nueva Objetividad Alemana, siguen siendo sus modelos favoritos. Alice Neale no tiene igual en recoger grietas en sus almas y magulladuras en sus cuerpos, donde sus siluetas son tan pesadas o anudadas como su rabia interior.

Alice Neal, frente a su autorretrato (1980), en Nueva York, 1981.
Joan Mitchell, en 1978, en Vitwell, cerca de Giverny.

En Joan Mitchell, al tacto tampoco le falta energía. Pero el resultado es completamente diferente, místico y lírico. Lo que le interesa, le dirá al filósofo Yves Michaud, es “Lo que un color le hace a otro y lo que ambos hacen en términos de espacio e interacción”. Joan Mitchell no pinta tanto paisajes como evoca pasión con la luz y el color. «Si no siento, no pinto», Repetir con gusto. El sentimiento es a veces tan intenso que sus acciones hacen pensar en un charco de nenúfares envuelto en un cartucho de dinamita.

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