Cuando los insectos se mueven de enemigos a socios
En los últimos años, la presencia de pulgón en los cultivos ha sido objeto de un cambio de actitud. Si antes la presencia del insecto desencadenó un proceso de erradicación, ahora medimos qué tan dañina es su presencia y daña futuros cultivos antes de intervenir. Nuevamente, los procesos están dirigidos a controlar el problema donde es dañino.
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Este cambio en el MIP es un buen reflejo de la evolución del conocimiento y, por tanto, del tipo de intervención en los campos, señala Annie-Yves Gagnon, investigadora y entomóloga del Centro de I+D de Agricultura y Agroalimentación de Saint-Jean-sur-Richelieu. Canadá. La reciente reunión general de la Société d’entomologie du Québec en octubre arrojó luz sobre las interacciones de los insectos con su entorno, que son más complejas de lo que se pensaba. Las aplicaciones de insecticidas tienen efectos muy amplios que afectan a animales, plantas e insectos. “Hay más estudios para comprender lo que sucede por encima de la superficie terrestre, pero también por debajo”, apunta el investigador.
Esta comprensión de las interacciones ha llevado a un cambio en la forma de implementar el MIP, así como a la búsqueda de alternativas. La salud de los cultivos ya no entra en conflicto con la presencia de insectos. “No vamos a frenar la biodiversidad y las culturas”, resume la Sra. Gagnon. Las prácticas agrícolas para controlar las poblaciones de insectos han variado, pero los ecólogos también han mostrado una mayor apertura a diferentes métodos y una percepción diferente de los insectos.
Como explica la Sra. Gagnon, los insectos ahora se ven como un indicador de un problema más profundo, un síntoma en lugar de una causa, frente a los factores estresantes que afectan a los cultivos. Por lo tanto, es un enfoque holístico de la biodiversidad, que intenta ver los sistemas como un todo cohesivo. El reto que se plantea es comprender mejor estos sistemas.
Este enfoque significa que los equipos de investigación trabajan más en la integración. “Ahora hay muchos proyectos de investigación de conservación de suelos y muchos equipos trabajando de manera integrada para estudiar diferentes aspectos y estar mejor equipados para avanzar hacia cultivos más resistentes”, dice el investigador.
El objetivo es encontrar un equilibrio más sostenible de pesticidas respetando un umbral económico aceptable para los productores, que puede ir más hacia la estabilización de las poblaciones de insectos que hacia la disminución.
Lecciones de membresía
Este cambio de actitudes está asociado al control biológico de cultivos orgánicos, lo que permitió investigar la efectividad de otro tipo de intervención además de los plaguicidas. A lo largo de los años se han desarrollado tres métodos, como el control convencional mediante la introducción de un agente de control, la inundación de invernaderos Trichogram o el control de conservación biológica. En este último caso, se intenta fomentar la presencia de depredadores mediante el cultivo de recursos florales en cintas y mantillo, restableciendo un sistema más diverso. Intentamos evitar la propagación de insectos nocivos en entornos vulnerables como los monocultivos. Volvemos a lo básico. »
La Sra. Gagnon cree que la forma en que ven los áfidos es un buen ejemplo de un cambio en la percepción. «Antes entramos en pánico cuando veíamos pulgón, un depredador que surgió en la década de 2000. Con el tiempo, los productores tomaron conciencia y se volvieron más tolerantes. Hemos visto que la naturaleza está haciendo las cosas bien, ya que la población de mariquitas ha aumentado en respuesta».
Además, los entomólogos señalan que los sistemas parecen reaccionar ante la llegada de insectos extraños, como los pulgones. «Hay una adaptación en el medio ambiente con una mayor presencia de depredadores y una estabilización que está ocurriendo más rápido de lo que pensábamos».
El objetivo hoy es crear sistemas más resilientes, porque es imposible erradicar todas las plagas, lo que significa anticiparse a futuras mutaciones y ser proactivos en lugar de reactivos. Este enfoque también permite que los métodos de control probados, como los insecticidas, se conserven durante un período más largo y eviten la creación de resistencia. “Desarrollar un insecticida lleva tiempo y no sucede de la noche a la mañana, de ahí la importancia de usar bien los pesticidas que tenemos”.
Los estudios están en marcha
Los estudios en curso muestran el desarrollo de las intervenciones. El control físico por vibración (en invernaderos) es un nuevo enfoque que se ha estudiado porque tiene la ventaja de ser respetuoso con el medio ambiente. La genética molecular también se estudia cada vez más para comprender la evolución de los insectos, al igual que buscamos comprender los efectos del cambio climático en la biología de los insectos. Los estudios existentes también están tratando de desarrollar métodos predictivos sobre el ciclo de vida de los insectos para recomendar mejores intervenciones en los campos. Esto no incluye la investigación sobre problemas de silvicultura, polinizadores y reproducción de insectos.
La Sra. Gagnon también señala que la próxima generación abunda en el campo, como lo demuestra la gran cantidad de temas de investigación presentados en la reunión anual más reciente. “Hay locura, la próxima generación, está ahí afuera”.
La Sociedad Entomológica celebrará su 150 aniversario en 2023, convirtiéndola en una de las sociedades más antiguas de Canadá. El aniversario se conmemorará en su próxima asamblea general prevista para los días 9 y 10 de octubre de 2023 en Montreal.
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