AMÉRICA/ARGENTINA – «Rompamos el silencio que mata»: vivir con dignidad en los barrios populares, combatiendo la drogadicción y sus consecuencias

AMÉRICA/ARGENTINA – «Rompamos el silencio que mata»: vivir con dignidad en los barrios populares, combatiendo la drogadicción y sus consecuencias

Rosario (Agencia Fides) – «Cada cuatro años creamos un estado casi inmutable que, con el tiempo, fortalece su poder y estructura financiera, ofreciendo armas, abogados, protección y muchos otros recursos. Sin una presencia social significativa y un acuerdo político, cualquier hablar de una solución a lo que está pasando sigue siendo un espejismo”. Así lo confirma el Párroco de los Barrios Populares y de la Pastoral de la Diócesis de Rosario, quien denuncia el abandono de los barrios en los que viven los pobres y la clase media trabajadora. Carece de alumbrado eléctrico, saneamiento, higiene, transporte público, caminos y aceras. El comunicado señala que los rosarinos son en su mayoría personas amables y solidarias que quieren sacar adelante su trabajo y construir una mejor ciudad. Hoy, sin embargo, se ven obligados a migrar no solo fuera del país, sino también a los pueblos y aldeas vecinas en busca de una vida más segura”.
Sin embargo, el documento expresa confianza en la clase política, instándola a unirse «para hacer de nuestros barrios un lugar donde todos puedan vivir dignamente», a renunciar a la violencia en los discursos y a eliminar de sus filas a los cómplices de «la corrupción que mata». .» El documento que llama a la creación de programas de apoyo a niños, niñas, adolescentes y jóvenes de barrios vulnerables, destaca la creación de una red de apoyo que facilite su participación en la educación escolar, la formación profesional y su inclusión en el mundo del deporte y las artes. Todos los años se produce un vacío institucional durante el período vacacional, cuando hay pocas alternativas, y también durante los fines de semana: “Cuando el Estado está ausente y la sociedad no se apoya en iniciativas de inclusión, otros partidos acaban ocupando su lugar, ofreciendo dinero fácil”. , violencia y muerte».
Por ello, se señala en el documento que también es necesario contar con un sistema de salud que se preocupe por las adicciones, para contener y apoyar a las personas que consumen sustancias lícitas e ilícitas. «El consumo de drogas no solo genera muertes por arma de fuego, sino también suicidios, accidentes de tránsito y accidentes de trabajo. Los familiares también mueren por el estrés y el dolor que experimentan. La falta de datos sobre estos hechos exacerba la desaparición de la profunda crisis que vivimos». ¿Estamos preparados para hacer frente al creciente número de personas que, debido a la adicción, se encuentran con estados de deterioro motor, mental y cognitivo?
Por ello, los representantes de la Pastoral de Barrios Populares y del Departamento de Pastoral contra las Drogodependencias de la Diócesis de Rosario solicitan a las legislaturas nacionales, regionales y municipales que promulguen a la brevedad leyes y ordenanzas que “tomen en cuenta la experiencia de las organizaciones sociales y religiosas que realizan trabajo comunitario en los barrios, y establecer un marco organizativo de actuaciones para las distintas comunidades residenciales con necesidades especiales de niños, niñas y adolescentes con problemas de abuso de sustancias; atención residencial para personas con drogodependencia; residencias de ancianos para personas con problemas de salud mental; casas de acogida para mujeres, con o sin hijos, víctimas de violencia de género y/o drogodependencias, albergue para personas sin hogar.
“Es necesario romper el silencio hipócrita y acrítico”, repite el documento: el silencio de un país que no realiza campañas preventivas desde hace 25 años; el silencio del sistema financiero, que no toma medidas para prevenir el lavado de dinero; el silencio de los observatorios estatales y universidades, que no producen datos sobre consumo y adicciones y sus consecuencias para la salud y la sociedad; Silencio de la academia que ni forma a los futuros profesionales sobre uno de los grandes problemas de la ciudad ni genera conciencia crítica en su comunidad; el silencio del poder judicial, que no fortalece sus estructuras federales y provinciales para investigar redes corruptas de poder público y privado; “Nos callamos como sociedad cuando no hablamos como familia sobre lo que nos está pasando, sobre el uso, sobre cómo prevenir el consumo de drogas y el consumo de alcohol entre menores de edad”. (SL) (Agencia Fides, 3/10/2023)



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